Durante la transición existió un importante ansia por la descentralización, tras décadas de centralismo la ciudadanía del sur del país no quería ser menos y pedía que dicha descentralización llegase cuanto antes.
Fueron numerosas las voces que abogaron por una «Andalucía Oriental» y otras sin embargo por una «Andalucía» de 8 Provincias. El refranero español nos dice que «las prisas no son buenas», y en este caso visto con una perspectiva histórica, podemos confirmar que menos aún.
La campaña para que Granada asumiera las tesis que se planteaban desde Sevilla pasó por numerosas etapas, llegaron a decir que las 8 Provincias serían iguales y ninguna tendría mayor peso que las demás, el Alcalde de Sevilla criticó la postura que mantenía la UCD en Granada asegurando que no había voluntad centralista en Sevilla, se nos aseguró también que Granada tendría la capitalidad judicial cosa que queda en absoluta tela de juicio porque está desmembrada. El referéndum del 28F se llevó a cabo con numerosas irregularidades, pero la constitución de Andalucía ya era imparable. Se creó una autonomía del tamaño de Portugal dirigida desde una ciudad lejana al centro geográfico de la misma. 40 años después de aquel referéndum se ha podido corroborar como el peso institucional de Granada ha menguado de forma considerable mientras ha sido Sevilla la gran beneficiada de la invención de esta Comunidad Autónoma. Podemos decir con rotundidad que Andalucía está rota, y eso lo ha generado el incumplimiento del pacto que llevó a la constitución de la autonomía y los grandes desequilibrios territoriales que se han generado.
Andalucía ha tenido un gobierno monocolor durante casi 40 años, sin embargo muchos pensaron que con el cambio de Gobierno a finales de 2018 la descentralización tan ansiada llegaría, no fue así, no llegó sino más bien lo contrario con casos como el del Parque de las Ciencias, Escuela de Salud Pública, etc.
En definitiva, son numerosos los agravios sufridos en los últimos 40 años y es evidente que se han incumplido prácticamente la totalidad de las promesas que llevaron a los granadinos a dar el sí a la autonomía andaluza.
En el día de hoy entendemos que no hay absolutamente nada que celebrar en Granada y no lo habrá hasta que no se descentralice y se cumpla el pacto de 1980 con el que engañaron a la ciudadanía granadina.
#28FNadaQueCelebrar