Introducción
El hecho de que Granada haya quedado aislada, poco atendida, olvidada, con pocos políticos influyentes, ha motivado, desde hace siglos, las manifestaciones, las quejas y un gran desencanto en la ciudadanía.La frustración ha ido adueñándose de aquellos que sienten a Granada en el corazón y ven cómo otras ciudades a su alrededor crecen gracias a audaces políticos locales cuyas iniciativas son apoyadas por decisiones de la Administración autonómica.Revisando la prensa del pasado, del contenido de los artículos de opinión, las declaraciones o las noticias relacionadas con Granada, se desprende que a nuestra tierra le han faltado sólidos pilares de apoyo. Seguramente, la ciudadanía no ha sido suficientemente reivindicativa, pero también es verdad que no ha tenido líderes, en número suficiente, como Granada se merece.Nuestro patrimonio histórico-artístico, de primer orden ‒a pesar de todo lo destruido por la incuria y la especulación‒, y el alto nivel cultural es valioso oxígeno que permite respirar con más sosiego a Granada.No obstante, el estado de bienestar de Granada es penoso: la paupérrima red de comunicaciones y la falta de grandes inversiones son causantes de la carencia de una poderosa industria y una sólida red empresarial, generadoras de empleo y riqueza, a lo que ayuda la marginación a la que se la somete en las grandes planificaciones de desarrollo y los pocos recursos que se invierten desde la Junta de Andalucía y el Gobierno Central. No podemos estar satisfechos con el lugar que ocupamos en la renta “per capita” ni con la situación que sufrimos en el campo laboral.No vamos a hacer memoria de proyectos de sobra conocidos que llevan demasiados años a la espera de ser concluidos. Granada no ha tenido suficientes defensores entregados con pasión al servicio de nuestra tierra y con propuestas para llevarlas a cabo en plazos razonables. Por todo esto los ciudadanos echan en falta un partido como MásGranada.Los que sienten vivamente el pulso de Granada aspiran a que ésta abandone los últimos puestos, recupere parte del prestigio perdido, reconduzca su maltrecha economía, propiciando equilibrios sociales y un nuevo mapa laboral.Nuestra ciudad necesita un grupo ciudadano que aporte con generosidad y solidaridad a España incrementando la autoestima granadina y poniendo en primera línea los intereses de Granada ‒sin que dependan de dictámenes de oligarquías políticas de partido afincadas en Madrid y Sevilla‒.Si la esencia de Granada es como un “paraíso cerrado” que hay que descubrir y conquistar diariamente, no hemos de olvidar que también incluye un espíritu de inmensos brazos extendidos que puede derrochar belleza y armonía, y que hemos de defender, como también las señas de identidad y tantos valores propios, plantando cara a las imitaciones irresponsables que están destruyendo parte de la personalidad más profunda de Granada.Por estos motivos nace nuestro partido MásGranada, registrado como de ámbito nacional, con vocación local y provincial, y abierto a una posible expansión regional si procediera. Tendemos la mano a una leal colaboración con toda agrupación que comparta los anhelos expuestos, con la exclusiva intención de generar, apoyar e incentivar todo lo que tenga que ver con nuestra “buena patria”, en feliz expresión cervantina.Cuando Cervantes, en el capítulo LXXII de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, pone en boca de don Quijote la pregunta “¿Y vuestra merced, dónde camina?”, nos entusiasma la respuesta: “Yo, señor ‒respondió el caballero‒, voy a Granada que es mi patria”. “¡Y buena patria!, replicó don Quijote”.