Desde el año 1842 existía en Granada el germen del Museo Arqueológico bajo la denominación de Gabinete de Antigüedades, dependiente de la Comisión de Monumentos de Granada,
y su trabajo fructificó en la creación del Museo Arqueológico Provincial de Granada en el año 1879. Su primer director fue D. Francisco Góngora del Carpio.
Tras un largo periplo por distintas sedes, en 1917 se ubica definitivamente en la Casa de Castril, situada en la muy granadina y bella Carrera del Darro. Esta casa es un magnifico palacio renacentista de 1539 que perteneció a la familia de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos. Fue remodelada, para su adaptación al nuevo uso de museo, manteniendo sus principales valores patrimoniales y tipológicos. Con un nuevo pabellón en la zona del jardín alojó también al Museo de Bellas Artes, hasta que éste fue trasladado en 1946 al Palacio de Carlos V en la Alhambra. Nuevas reformas posteriores y la adquisición de la casa aledaña, perteneciente al pintor Rafael Latorre, configuraron el conjunto arquitectónico del museo tal como hoy lo conocemos. La principal configuración museística fue realizada bajo la dirección de Doña Ángela Mendoza Egüaras, arqueóloga y Académica de la Real Academia de Bellas Artes de Granada.
El museo, de titularidad estatal, ha ofrecido su contenido a los visitantes durante 135 años, con las salvedades de los traslados y reformas, cuando el interés general por este tipo de instalaciones era muy limitado. Aunque lentamente, el interés por este museo se ha ido acrecentando por el despegue del turismo con que Granada se ha visto dotada, y por estar ubicado en la calle mas visitada de la ciudad que lo hace ser un foco de atención importante para nuestros visitantes. Sin embargo en 2010 este museo se cierra al público, al parecer, motivado por un defecto estructural que se sitúa en la casa de Latorre y que afecta al salón de actos y a una sala, sobre dicho salón, que se dedica a exposiciones temporales.
Suponemos que se habrá emitido algún informe técnico sobre el particular cuando la misma Delegada de Cultura, Ana Gámez, habla de un presupuesto de unos 150.000 euros para su reparación. A las fechas que estamos, cuatro años después de su cierre, aún no se nos ha informado públicamente quién es el responsable del mismo y de su restauración o reforma. Todo está paralizado.
Nos hacemos algunas preguntas al respecto. ¿Por qué se mantienen los cargos (director, conservador y administrativo) de un museo errado, con sus vitrinas, no ya vacías, sino desaparecidas y cuyo contenido se encuentra en cajas en los almacenes del mismo o expuestos en otros centros museísticos?, sabemos que atiende a los investigadores, pero ¿esto explica el mantenimiento de estos cargos a lo largo de los años?, ¿Por qué su actual director está en la campaña de Orce y sin dar explicaciones sobre el cierre de su museo?, ¿Por qué no se puede abrir el museo aunque se cierren las salas afectadas?, ¿Va a seguir este museo la trayectoria marcada por la Casa de las Tumbas o por el
Maristán?, ¿Cuál es el Plan de Ejecución tanto de la Junta de Andalucía como de nuestro Ayuntamiento, que nos representa ante las Administraciones, respecto a la situación de este museo?
Y, ¿Hasta cuándo vamos a seguir asumiendo que parte del patrimonio granadino sea gestionado por Sevilla? La Junta de Andalucía demuestra día a día tener gran interés por la Alhambra pero, muy escaso o ninguno por el resto.
Para Granada, el patrimonio ajeno al gran conjunto monumental podría ser una importante fuente de riqueza, ya que una buena gestión en su mantenimiento y oferta haría que el interés por visitarlo aumentara, y provocaría la permanencia y estancia de las personas que nos visitan y que colaboran con ello a la prosperidad y prestigio de nuestra ciudad.
Por el Museo Arqueológico abierto, YA.
Remedios Roldán